“Respiras con
tranquilidad extraña. Una tranquilidad que solo en esos momentos
sueles conseguir. Acaricias tu rostro instintivamente al sentir como
el sueño te empieza a alcanzar. Escuchas como las agujas del reloj
continúan con su ritmo infinito informando de como pasa el tiempo a
tu alrededor, mientras que tu, allí, tumbado en tu cama, esperas a
que algún momento de esos segundos dejes de sentir tu cuerpo
desvaneciendo-te en un sueño profundo. Es una de esas noches más,
en que te quedas en vela, observando la eterna oscuridad de tu
alrededor a pesar de que tu cuerpo pida reposo. Una de esas noches en
las que tu corazón no te deja dormir mientras te presiona el pecho
queriendo estallar y salir del cuerpo prisionero. Tu mente, aprovechó
y huyó a mundos inexistentes.
Sinceramente, todos
estamos echos para soñar más de la cuenta. Para hacernos daño
interiormente son esos sueños que luego llamamos “absurdos”. Si
son absurdos, ¿por qué soñamos?. Todos nuestros sueños son sueños
que hay que ganarse. Sueños por los cuales hay que luchar sin parar.
Sueños por los cuales habrá que sacrificar otras cosas si
verdaderamente lo deseamos. Puede que algunos pueden parecer
imposibles o inalcanzables, pero no hay ninguno que en realidad lo
sea. Puede ser que simplemente lleven encima una carga de
exageración. ¿Si lo miramos un
poco más realista, a que no hay ninguno que parezca irreal? Los
caminos no son fáciles, pueden ser mucha subida, pero nada es gratis
en esta vida, y eso, la lucha, es lo que tenemos estar dispuestos a
pagar por nuestros sueños.
Realmente, cuando
dejamos de luchar no es porqué simplemente no tenemos fuerzas como
la mayoría piensan. Sino que dejamos de luchar porqué ya no lo
querremos, porqué se han complicado tanto las cosas que ya no lo
deseamos. Una persona verdaderamente interesada en cumplir ese sueño
no se rinde por su camino haya el obstáculo que exista. Cuando nos
rendimos dejamos a paso la victoria del dolor, porqué a pesar de
todo, el abandono de un sueño, es un trozo de alma muerta... Tu
eliges, entre luchar y ser feliz con ese sueño soñado, o rendirte y
sufrir con ese fracaso indeseado. Porqué lo dicho, quien no lucha le
alcanza la vida.
“Sin darte cuenta,
acabas dejándote llevar de nuevo por tus deseos, volviendo al mundo
de lo imposible, deseando no escapar nunca. Porqué sabes que allí
todo es más fácil.”
Todos tenemos dos
mentes, la despierta y la dormida. Solo logramos dominar nuestros
sueños, cuando despertamos la dormida. Algo realmente imposible,
porqué a pesar de todo, cada uno de nosotros, tenemos una parte
inocente en nuestro interior.
“Acabas despertándote y escuchas
como las agujas del reloj continúan con su ritmo infinito informando
de como pasa el tiempo a tu alrededor, y tu allí, tumbado en tu
cama. Es una de esas noches más, en que te quedas en vela,
observando la eterna oscuridad de tu alrededor. Una de esas noches en
las que tu corazón no te deja dormir mientras te presiona, y tu
mente vuela a mundos inexistentes.”
Todos
nuestros sueños son sueños que hay que ganarse. Sueños por los
cuales hay que luchar sin parar. Sueños por los cuales habrá que
sacrificar otras cosas si verdaderamente lo deseamos. Puede que
algunos puedan parecer imposibles, o inalcanzables, pero no hay
ninguno que en realidad lo sea. Puede ser que simplemente lleven
encima una carga de exageración. ¿Y si lo miramos un poco más
realista? ¿A que no hay ninguno que parezca irreal? Los caminos no
son fáciles, pueden ser mucha subida, pero nada es gratis en esta
vida, y eso, la lucha, es lo que tenemos que pagar por nuestros
sueños. Realmente nos damos cuenta cuando no queremos algo, cuando
dejamos de luchar por ello, cuando nos rendimos. Algo que deja a paso
la victoria del dolor... Tu eliges, entre luchar y ser feliz con ese
sueño soñado, o rendirte y sufrir con ese fracaso indeseado. Porqué
todo está dicho, quien no lucha le alcanza la vida.
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